Como el propio nombre del post dicta, éste es el primero de los dos artículos que hablan de lo emocionante que es volver a vivir situaciones, colores, lugares, visiones y sensaciones; así pues, ahí va:
De nuevo, un remolque (gracias Juanma), tres elementos con ganas de disfrutar (una pena que no fuéramos 4, eh George?), mucho material de windsurf, una buena previsión y un nombre retumbando en la cabeza: CALBLANQUE.
Con comentarios clarificadores desde las Murcias, que calmaban la ansiedad, nos pusimos a hacer km, convencidos de encontrar buenas condiciones. Mientras, mi cabeza se llenaba de los recuerdos de ciertos detalles al estar de nuevo frente a ellos: las miradas por el rabillo del ojo a las planeadas que se están pegando en el "Caravaning", las palmeras chivatas de viento por los Alcáceres, o incluso la "manzanita" previa a la Zenia...
Nada más entrar con el "focusín" a la rambla, una higuana calblanquiana nos recibía para avisarnos de lo que nos íbamos a encontrar. Y así, tras la última curva del camino, series perfectas en formación y espumas en cremallera, peinadas por un fuerte viento, nos saludaban.
Emocionados ante el panorama, que además parecía que arreciaba, montamos Jorge y yo las velas de 4,7, mientras Nacho la de 5.0, a su vez ellos se decantaron por tablas de 95 litros, mientras yo por la de 80-85 litros.
Poco a poco, fue sumándose más gente a la fiesta.
Pero el viento y la ola decidieron irse los primeros. Y es que revivir Calblanque no sólo son olas potentes y largas, con un buen viento, sino también, cristales perfectos sobre los que marcar tu dibujo tras ejercicios de equilibrio y ceñidas flotantes forzosas.
Y con un Calblanque más en nuestra vida, retomamos el camino de vuelta... hasta la próxima.
Fotos realizadas por: Nacho, Pablo y José.
Todas las fotos en:
http://s215.photobucket.com/user/jose_alicante/library/Calblanque%2014-4-2013
http://totalwind.net/foro/viewtopic.php?f=8&t=80233
