Durante el camino, el recuerdo de otras sesiones te vienen a la cabeza mientras el sol empieza a salir. El levante se nota en el ambiente después de varios meses sin hacer acto de presencia.
Y mientras todo esto sucede, sin darte cuenta, llegas a tu destino... sí, ya se que siempre que hablo de Calblanque insisto en la belleza de este spot, pero es que la simple entrada ya es espectacular. Imagina que, tras quedarte sin cobertura y después de conducir unos minutos por una pista de tierra, comienzas una bajada flanqueada por frondosas laderas y al fondo el mar, donde ya puedes ver si puede ser tu día de suerte. Tras varios minutos más de pista de tierra, de ardillas y demás fauna paseando por su camino, giras a la derecha y de repente, ¡lo ves! El azul intenso en líneas perfectas combinadas con una cremallera salada de color blanco. Sólo por esto, ya vale la pena ir.
Sin nadie en el agua te decides a montar y a entrar.
Pocos son los días en los que el viento fuerte y la ola grande se presentan a la fiesta, pero es que Calblanque no necesita de mucho para poder sacarle el jugo así que, a pelearlo.
Pocos son los días en los que el viento fuerte y la ola grande se presentan a la fiesta, pero es que Calblanque no necesita de mucho para poder sacarle el jugo así que, a pelearlo.
¿Qué os voy a contar? ¡puro surf! giros y giros sobre cristales líquidos, acabando en muchas ocasiones en aéreos aterrizados sobre algodones.
Bonito reportaje.
ResponderEliminarEn breve os acompañaré con mas asiduidad por éste, nuestro spot de olas favorito de mi querida Murcia...
Enhorabuena por Adsense :-)
Gracias Mario!!! a ver si es verdad y nos vemos pronto por allí.
ResponderEliminarUn saludo