jueves, 3 de marzo de 2016

Fuerte trip express I

¿Cuándo comienzas a hacer windsurf/surf?

¿Cuándo tus pies tocan el ansiado mar? ¿Cuándo empiezas a montar a toda prisa en el spot que supuestamente está mejor? ¿Cuándo cargas el coche o la furgo para ir a esa playa en la que las condiciones se acercan lo máximo a lo que esperas de ellas? ¿Cuándo empiezas a ver las previsiones y a pensar sobre cuál es el mejor lugar para disfrutar?...  ¿Cuándo comienza tu sesión? ;

Si tienes unos billetes comprados para salir de la península unos días, ¿has comenzado ya?

Si miras prácticamente a diario la previsión para ese destino, ¿se podría decir que tu sesión ya ha empezado?

Si buscas información sobre los distintos spots y no dejas de imaginártelos, esa sensación, ¿forma parte del deporte en sí?

Si te sorprendes mirando fotos y vídeos de esas playas, ¿es como si ya hubiese comenzado?

Si aún no has tocado el mar, pero te sientes como si ya lo hubieses hecho, ¿es un indicio de que ya lo estás disfrutando?

Todas esas sensaciones, ensoñaciones, ilusiones... ¿son parte del windsurf/surf?


Y después de esto ¿qué?


Continuará con la segunda parte.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Dulce rutina


Es curioso como una sensación de dependencia total te puede llevar a sentir una libertad pura.



Se acercaba el puente de Diciembre y con él, la posibilidad de un CIAO en Galicia, pronto toda la maquinaria se ponía en marcha... Mientras se definían los pormenores de la expedición, el parte se iba desvaneciendo por la zona Noroeste, por contra, en el Sur de la península se asomaba un buen swell acompañado de viento, así que lo único que había que hacer era dejar de pensar en meigas y pensar en pescaíto frito.

Con tranquilidad, el viaje daba comienzo: 

alguna parada técnica, un gps mudo y unas tertulias entretenidas hicieron que las 7 h. de camino se convirtieran en unas 10 h. , eso sí, Sevilla en esta época esta preciosa jejeje.

La promesa de un buen swell y de viento side off shore compensa el kilometraje. Ahí estábamos, sintiéndonos ajenos a horarios convencionales, bailando con las mareas y sintiéndonos libres bajo su estricta dictadura.










Desayunar, chequear spots, surfear, comer algo, volver al agua, 

















con el cambio de marea volver a chequear spots, comer algo, surfear, comer algo, hablar, reír, soñar y repetir. 





























Dulce rutina.




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