Calblanque: una buena oportunidad desaprovechada (en lo que a windsurf se refiere)
Todo empieza con una llamada de Álvaro preguntando sobre los planes para el fin de semana… a pesar de que mi contestación le deja claro que el fin de semana esta ya ocupado, Álvaro suelta la tentación proponiendo un Calblanque con muy buena previsión de SW y encima con expedición alicantina…y claro, la carne es débil y el atractivo de probar un sitio tan impresionante como Calblanque con SW (hasta ahora solo lo había disfrutado con NE) y encima hacerlo en grupo hace que mueva los hilos para cambiar planes (gracias por la comprensión y animarme a ir) y poder disfrutar de esta expedición.
Llegó el día y las previsiones no pintaban demasiado bien, sin mucha fe nos ponemos en marcha hacia el spot…
Al llegar la vista es impresionante,
y es que para el que no haya estado allí, Calblanque, en general, pero la playa de poniente en particular impresiona la mires hacia donde la mires:
- Del parking hacia el interior montañas verdes que hacen que los móviles no sirvan de nada.
- Del parking hacia el mar, azul, azul y más azul, pero ¡ojo! Ni un solo azul igual. - De donde dejas el coche hacia el mar te encuentras con una peña desde donde puedes controlar todo el spot y los picos que puedes encontrar en él. Además de ver como la espuma se choca con la montaña pizarrosa de la derecha contrastando el blanco con el negro, mientras que tanto delante como a la izquierda la espuma se deshace en la arena naranja intensa…
- Una vez que bajas por la pasarela te sientes pequeño al ver como detrás de ti están las montañas escoltándote de tal forma que para ver cielo tienes que levantar el cuello, a la derecha el mar se choca con la montaña, enfrente el mar parece que deja la línea del horizonte a una altura considerable y a la derecha la arena avanza y avanza entre lenguas de mar…
Poco a poco los surfers que hay en el agua empiezan a salirse, lo cual indica que o bien están cansados o bien empieza a soplar viento y… ¡¡¡para mi que es lo segundo!!! Cogemos fuerzas y a montar.
5.7 y 105 litros es la elección para poco viento y corriente… después de intentarlo y ver que no hay suficiente no hay nada mejor que descansar y esperar al viento al sol… tras un rato el viento insistía en que volviéramos a intentarlo, así que al agua y efectivamente ya se podía funcionar… la ola no daba mucho juego, pero estaba ahí y el viento poco a poco subiendo a la vez que la playa se llenaba de cometas y de más velas y el cielo se cubría… a la hora y pico esta progresión dio un golpe y dijo “aquí estoy yo” poniéndose para 4.7-4.2 y 70-80 litros pero algunos como Carlos y yo ya estábamos cansados de pelearnos con el poco viento del principio y con el mucho para la 5.4 y la 5.7 que llevábamos respectivamente…. De la misma forma Tono y Fran deciden retirarse también mientras que Álvaro e Iván triunfaban con material pequeño.
Con esta sensación agri-dulce volvimos a Alicante sin saber lo que a algunos nos esperaba el día siguiente…
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Calblanque-Varadero: dos oportunidades I
Cargado por jose_alicante
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