Después de los artículos sobre las pruebas de Pozo y
Tenerife, hacer una revisión de nuestras sesiones puede parecer hasta ridículo,
pero eso es lo bueno del windsurf, que uno se divierte desde el momento que
empieza a deslizarse sobre el agua
hasta el momento de recoger y repasar las
maniobras “estrellas”…
Quitando el día de hoy en Calblanque, con olas pequeñas pero
que abrían perfectamente y un viento en su dirección ideal, llevamos sesiones
puramente veraniegas: chopi, chopi y más chopi.
Donde la imaginación puede con la visión y cualquier
ondulación es entendida como una ola y por tanto susceptible de ser rebañada.
Cualquier bache sirve para intentar volar o lanzarse hacia delante, con mayor
o con menor éxito.
Pero lo mejor de estas sesiones es que entre todos,
ahí estaba Jorge
tras
su lesión.
¡¡Bienvenido!!
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