... Y ahí estamos, poco a poco vamos llegando todos los “cliniqueros” (reconocidos en la playa por sus cascos y por tirarse al forward con o sin tabla y casi sin miedo) lo primero que nos recibe es una gran sonrisa, una presentación, una bolsita con un bañador, una camiseta y demás cosillas y una declaración de intenciones: “queremos aprender eso de girar 360º hacia delante/lateralmente”.
Tras el augurio de la subida del viento monto secret epic de 4.2 pero aseguro con la c2 freewave de 105 litros… velas, tablas, neoprenos, arneses cascos y ganas muchas ganas…
Primer paso: calentar dando algún saltillo al largo
Tercer paso: a echarle cojones y hacer lo mismo que estábamos haciendo pero con los pies dentro de los foodstraps… con todo lo que esto implica, más velocidad = más acojone, evitar que los pies se salgan, conseguir que la tabla rote buff mucha tela ¿no? Pues ahí estabamos buscando ese chopi que favorezca saltar al largo y además intentando que éste cuadre con una racha que no nos hiciera ir pasados…
La rutina era sencilla, entrar buscando ese chopi y esa racha, intentar cumplir lo que Silvia y Fabrice explicaron una, dos o incluso tres veces, con más o menos igual resultado: pie trasero que se sale del foodstrap y aterrizar debajo de la vela. Salir y si te cuadra una olita para surfear pues de lujo.
Casi antes de la parada para comer decido cambiar de tabla a la c2 wave de 85 litros, y sin miedo decido tirarme… resultado: no se me escapa ningún pié y la tabla, la vela y el cuerpo consigen girar hasta que mi espalda/costado choca con el agua, después del impacto waterstar y sonrisa de oreja a oreja…
Momento de disfrutar y reponer energía con esos bocatas de tamaño estándar, siempre y cuando entendamos por estándar una barra entera de pan, cervecita, coca cola o agua al gusto y conversación… monopolizada por el windsurf, el forward, y el ambientazo…
Hayyyy!!! Que agustito que estabamos tiraos en el césped descansando, con el solecillo calentandonos, con el vento en la cara, con los críos jugando por ahí, con los toros tranquilos y el mar lleno de velas disfrutando…
Fotos: Pablo Bolillos
Mariola