Todo hacía pensar que el jueves de nuevo nos iba a visitar
el levante.
A las 7 de la mañana nada,
el mar quieto pero a lo lejos en el horizonte confundiéndose con la poca luz
debido a la falta de sol y con las nubes parecía que se apreciaba una pequeña
mancha.
Conforme el sol subía esa mancha se iba acercando poco a
poca a la costa, hasta que a las 8:15 una racha para 5.7 golpea mi cara, ¡¡ya
esta aquí!! Pero hay que ir a trabajar.
Todo el día mensajes, llamadas, incluso fotos… las ganas de
ir al agua aumentando exponencialmente, pero a las 17:00 momento de decidir a qué
spot ir, malas noticias:
Ha caído el viento.
Con un bajón de tres pares de narices y con una cara de
tonto que no se podía aguantar después de haber estado esperando el momento,
decido con las orejas gachas irme a casa…
Al llegar, no me lo puedo creer, parece que hay viento. ¿Me
estarán haciendo un regalo? Habrá que probar ¿no?
Monto a toda velocidad y al agua.
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una sesión de
levante en casa.
Viento más flojo en la orilla, la dirección muy de mar, olas
rotas y desordenadas y a pesar de lo que pueda parecer, muy, pero que muy
divertido y juguetón.
Y es que es genial redescubrir un spot y si encima lo haces
cuando ya dabas por perdida la navegada…
Fotos: Daniel Parres, muchas gracias por las fotos.