Pero el viento jugó con nosotros y se puso a marear.
Decididos a no darnos por vencidos nos dispusimos a buscarlo y a no darlo por
perdido, gasolina quemada, batallitas, imaginaciones pero de disfrutar del agua
¡¡na de na!!
Y es que es una vida muy dura la del windsurfista peninsulero,
y si encima eres del levante apaga y vámonos.Menos mal que siempre tenemos a una pareja, familia o colega que te acoge y te invita a olleta, burritos, alitas o lo que se tercie, con una resignación comprensiva más que valorada por nuestra parte. Gracias Paola, madre, Conchi, Mario…
Mientras tanto nos tendremos que conformar con recordar
sesiones:
Qué tal algo bueno, bueno aunque aún con algo de frío:
Y esa primavera donde hay equilibrio entre temperatura y
condiciones:
Sin perder en la mente los levantitos o los garbís
veraniegos:
Ains, qué dura es la vida del windsurfista peninsulero.
¿Nos vemos en el agua...?
2 comentarios:
Vamos...pero dura, dura...entre viento y pillar olas estoy con un estréssssss ;)
jajajaja la verdad es que de olas vamos bien, pero de viento :(
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